Friday, August 28, 2009

"La Esperanza " Don Ezequiel Moreno Panaderia

EZEQUIEL MORENO

un promotor de ideales comunitarios

Debo esta cronica a don Ezequiel Moreno hace cuatro
años . Es decir desde 1968 . Fue entonces que La Esperanza
cumplio medio siglo de vida.
Yo me dice el proposito de que no me pasara inadvertido
el aniverzario . ? Era posible que un comerciante mexicano
cumpliera cincuenta años de establecido y que no se le rin-
diera un publico reconociemiento?.
Por distintos lados lo advverti . Y luego , hasta yo mismo ,
tan gentil dispensador de reconocimientos , me quede ca-
llado . No hubiera querido quedarme en silencio.

Sin embargo , desde entonces, como un trocedor que me
taladra la entraña , he tenido conmmigo el recuerdo de la
deuda incumplida.
Es el propio don Ezequiel el que me da ahora el motivo su-
ficiente para escribir sobre el. Hace varios dias me llamo.
Queria hablar conmigo. Me invito a cenar con en en La Espe-
ranza de Main y Tercera, donde yo no habia estado aun, a
pesar de que lleva un aña ya de inagurada.
Es increible Moreno, a sus años , se haya lanzado a este
nuevo esfuerzo, que, en definitiva , no era mas que una ries-
gosa aventura.
Se trata de una considerable inversion . Pero ? por que ? ..
? Como?
? Que razon impluso a Moreno a abrir este nuevo estableci-
miento cuando lo que habia llegado para el era el necesario
descanso , el invevitable retiro, despues de tantos años de
trabajo , de esfuerzo creador?.
Despues que me muestra el lugar, aparte de lo que se le en-
tra a uno por los ojos, y de darme las debidas explicaciones
sobre todo sy cada uno de sus detalles con esa palabra meti-
culosa con que habla don Ezequiel , me dijo.
- Me informaron que dentro de un año tenia que abandonar
el lugar de La Placita, y no me conforme con ver que la obra
de tanto años desapareciera. Por eso fue que antes de que lle-
gara el fatal desalojamiento del local maracado con el numero
507 al Norte de la Main, me di a la improba tarea de buscar
un sitio donde poder continuar la historia de La Esperanza.
Despues de muchos meses de busqueda , encontre este . Y
una vez encontrado , comezo el largo proceso que , al fin, cul-
mino con la apertura de este restaurant , donde funciona tam-
bien la panaderia que estaba antes en North Broadway....
Paso por paso me conto Moreno todo lo que vivio enre un mo-
mento y otro . No le faltaron dos accidentes, como consecuen-
cia de que el es un hombre que siente la necesidad de hacer mu-
chas cosas por su cuenta.
Conoci a Moreno cuando llegue a Los Angeles. En los momentos
iniciales de mi trabajo en La Opinion. Era entonces presidente de
la Camara de Comercio Mexicana. Transcurria su segundo perio-
do.
Creo que nuestro encuentro fue en una sesion del Comite Mexi-
cano Civico Patriotico, que se estaba reuniendo en aquellos dias
de septiembre dandole los ultimos toques a la organizacion de las
Fiestas Patris de ese año.
Realmente fue muy oportuno para mi llegar a Los Angeles en lso
ultimos dias de agosto y comenzar ya en los primeros de septiem-
bre. porque el Comite me sirvio para conocer de golpe a muchos
de lso ciudadanos mas importantes de nuestra comunidad.
Conocidos ya don Ezequiel y yo, estuve con el en La Esperanza .
Me conto su vida, y escribi. Luego emprece a asistir a las sesio-
nes de la Camara. Estuve presente en las elecciones que el presi-
dio y en las que salio electo el licenciado Manuel Q. Sanz.
Fuera de la presidencia de la Camara, nunca hemos perdido
Moreno y yo el contacto . No paso mucho tiempo sin que se pro-
dujera algo que nos obligo a vernos constantemente . Fue la incia-
tiva que el concibio y alento por tanto tiempo de que se erigiera
un monumento en Los Angeles a John F. Kennedy, or parte de
nuestra comunidad de habla hispana. Hubiera sido ese un justo
reconocimiento al joven estadista asesinadl, que tanta sensibilidad
habia exhibido para nuestra gente.
Fue entonces cuando yo me percate, con mis propios ojos , cuan-
ta indomable tenacidad hay en este hombre pequeño , pero fuerte.
A traves de los años he aprendido muchas cosas de don Ezequiel
Moreno. Es un hombre infatigablemente trabajador. De los que no
se cansan . De los que solo saben ganarse el pan de cada dia con
el sudor de su frente.
Hace años , en la noche del 24 de diciembre pase por frente a
La Esperanza . Desde el coche , lo vi dentro del lugar, Y con el esa
mujer ejemplar que no podemos dejar de mencionar cada vez que
aludimos a Moreno. Es doña Crucita, tan querida y repetada por to-
dos . Ella era la presidenta de la Camara de Comercio de Damas
Mexicanas , cuando el presidia la Camara e los señores. Asi el dicen
a las señoras.
He aprendico tambien que don Ezequiel , a pesar de ser un hombre
de comercio, el mostrador no ha sido una dificultad para sus mas no-
bles y generosos ideales.
Mexicano a carta cabal, ama a Mexico. Y como radica en Estados
Unidos, parte de cuanto quiere a este pais, vive desvelado por todo
lo mexicano que hay aqui.
Esto es muy importante , porque siendo asi don Ezeqiel va mas alla
de su egoismo y se proyecta constantemente con una ostensible
conciencia de comunidad.
Se habla con el y de inmediato esta disertando sobre todo lo que
puede hacerse por levantar el nivel de nuestra gente, por exaltar
nuestros valores , por honrar nuestras grandezas.
Pero acaso lo qeu mas he admirado en el es su tenacida, su contan-
cia para todos los esfuerzos que alienta, ya sean personales o ya
tengan que ver con la comunidad.
Una prueba de ello es La Esperanza de Tercera y Main. Otro testi-
monio es que, aunque parezca mentira , don Ezequiel no se da por
vencido en su empeño de rendirle un tribulo permanente al martir
de Dallas.
Pero sin que se de por vencido , don Ezequiel empieza a comprender
que no es posible para el seguir con la lucha que suman dos estable-
cimeintos, ya que ,cuando ya tenia hecho el contrato de Main y Tercera
le informaron de nuevo que , por fin, no tenia que desalojar el local
de la Placita.
Ante esta situacion , don Ezequiel sabe que tiene que desprenderse
del nuevo negocio. Y hasta de los dos si es necesario , porque ya
cerca de los setenta y seis años, tras cincuenta y cuatro de estable-
cido, se impone el definitivo descanso. No es cosa de morirse despa-
chando platillos mexicanos y fabricando pan, el famoso pan de La
Espernaza.
- Entonces podria volver a la Camara....
He aqui otra de las obsesiones de don Ezequiel . El sostiene que la
Camara es un negocio y que mientras no se ahga asi , son inutiles todos
los esfuerzos.
Despues de tres horas de converzacion, dejo a don Ezequiel . Son las
diez de la noche. Y todavia me dice que estara en pie hasta las dos de
la madrugas. Es increible , pero cierto.